Denuncian discriminación en hospitales porteños

La organización Médicos del Mundo señala que inmigrantes sin documentos no reciben atención.

Hugo Benítez tiene 22 años, es boliviano y trabaja 14 horas por día en un taller textil. Cuando perdió la vista casi por completo, comenzó a recorrer varios hospitales públicos de la ciudad en busca de ayuda, entre ellos, el oftalmológico Santa Lucía. La respuesta que recibió en todos fue la misma: que no podían ayudarlo, que no tenían los elementos para el tratamiento, que fuera a una clínica privada. Hasta hoy no se pudo tratar. Este es uno de los casos que devela el trabajo que la ONG, Médicos del Mundo, realiza con su Programa de Promoción de Salud Colectiva para Población Inmigrante. Las conclusiones son que, además de sufrir discriminación, la mayoría de las enfermedades de los inmigrantes tiene que ver con las condiciones laborales.

Los encuentros del programa se realizan desde principios de 2007, en distintos puntos de la ciudad junto a organizaciones de base. Gonzalo Basile, presidente de Médicos del Mundo, asegura que “en el caso de la población boliviana, el 70 por ciento de la que participa en nuestros grupos, tiene enfermedades que son producto del trabajo en los talleres textiles”. Basile dice que las patologías más comunes son las respiratorias, desde bronquitis hasta tuberculosis. “Esto tiene mucho que ver con el polvillo de los talleres, con la falta de ventilación, con la cantidad de horas respirando ese aire”. Por su parte, Paula Sala, coordinadora del programa, agrega que “los problemas en la vista también son muy comunes. Son producto de la falta de luz natural y de mantener la mirada fija en un punto durante horas, para coser la ropa”. Sala agrega que hay que tener en cuenta la discriminación que sufren en los hospitales, porque muchas veces están indocumentados.

Un ejemplo de esto es el caso de Gloria Uchani, que le contó a Miradas al Sur la odisea del parto de su hija. Cuando empezó con las contracciones se subió a un taxi con su marido y salieron rumbo al hospital Santojanni, que era el más cercano. Allí le dijeron que no podían atenderla porque no tenía documentos. Salieron rumbo al hospital Piñeyro. “Tampoco quisieron atenderme por la falta de papeles, a pesar de que tenía contracciones muy fuertes”, asegura. La historia tuvo, en este caso, un final feliz: la recorrida siguió por otros dos centros de salud y finalmente logró que la atendieran en el Hospital Durand, donde dió a luz a su hija.

En el caso de la población paraguaya, los problemas más habituales son de mutilación física. “La mayoría de los hombres trabajan en la construcción, y gran parte está en negro. Por lo tanto no tienen ningún seguro que cubra los accidentes”, asegura Basile. “Y en el caso de las mujeres, lo más habitual es el trabajo en el servicio doméstico, que también tiene riesgos de golpes y cortes.”

Según Basile, a todo esto, hay que agregarle la precariedad de las viviendas, en las que suele vivir gran parte de la población inmigrante de la Ciudad. [Fuente: Diario Miradas al Sur]